22 de septiembre de 2009


Un nuevo “curso” universitario


Comienza un nuevo curso en la UPNA. Desde las ocho de la mañana, un goteo discreto pero constante de estudiantes va llenando sus pasillos y sus aulas. Se nota que no es un día cualquiera. Las primeras miradas nerviosas y curiosas de los estudiantes noveles se cruzan con la veteranía y serenidad de quienes ya han pasado años atrás por esa situación. La cafetería, vuelve a ser el bullicio de siempre donde alumnos y profesores hacen un paréntesis para revivir por un momento con los suyos las experiencias de un verano, que las primeras gotas del otoño nos recuerdan que ha llegado a su fin. El jersey, buen compañero de viaje. Nada revela que este año vaya a ser distinto a los demás, y sin embargo, lo será.

Y es que ya está aquí. Algunos le esperaban con ansias, otros no querían verle ni en pintura. Ha sido a la vez querido y odiado sin siquiera haberse asomado tímidamente por nuestras vidas. Bolonia ha llegado.

Desde este curso, la UPNA comienza a impartir sus dos primeras titulaciones bajo las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), el nuevo modelo de trabajo, docencia e investigación universitaria que viene llamado a ser la respuesta a muchas de las demandas y necesidades de nuestra sociedad y de nuestra economía. Una nueva forma de entender el mundo universitario que aspira a crear un espacio común en el que la divisa de intercambio no sean capitales ni trabajadores, sino cultura y conocimiento. Como se ve, ambición no le falta; no es un mal comienzo.

La evidente obsolescencia de nuestro actual sistema de educación superior, precisa de un impulso capaz y suficiente de adaptar la preparación y formación recibida por sus estudiantes a las actuales necesidades del mercado laboral, pues debe ser en definitiva el principal objetivo de toda universidad dotar a sus estudiantes de las destrezas necesarias para promover su óptima colocación laboral. Muchos de los cambios que nos propone el EEES conducen en menor o mayor medida a la consecución de tales objetivos.

Para empezar, la renovación en la concepción de la docencia entendiéndose ésta no ya como un instrumento de aprendizaje que muchas veces peca de dogmático, sino como una forma de incentivar el autoaprendizaje y la reflexión del estudiante. Si además sumamos el mayor peso y consideración que desde el EEES se da a la instrucción práctica frente a la puramente teórica, podemos apreciar desde ya el carácter renovador que esta reforma trae consigo.

Somos ya muchos los estudiantes que venimos reclamando desde hace tiempo un sistema de evaluación que distribuya de forma más flexible la carga lectiva de cada titulación, huyendo del actual sistema sadomasoquista de estudio que concentra todo el esfuerzo del alumno en los meses o semanas inmediatamente anteriores a los exámenes finales, convirtiendo el resto del tiempo en un paréntesis comprendido entre sesiones de dictado, y largas e improductivas exposiciones de temas que no dejan lugar a la improvisación ni a la reflexión.

Los motivos cambian; las finalidades también. Ya no se trata de memorizarse el “por qué”, sino de intentar alcanzarlo por uno mismo mediante las competencias y destrezas que cada estudiante debe ir adquiriendo a lo largo del transcurso de su formación universitaria. Aunque la eficacia evaluadora del examen final no queda desterrada del sistema de calificación del alumno, sí que la nueva visión introducida por el EEES va ha hacer mella en su ahora hegemónico papel.

En esta misma línea, el nuevo crédito común a todos los países y universidades integrantes del EEES, el ECTS (European Credit Transfer System), contribuye a reconocer de forma más justa el esfuerzo y trabajo reales que supone aprobar una determinada asignatura, no teniendo sólo en cuenta como hasta ahora el número de horas de clase, sino tomando en consideración otros factores como las horas destinadas a trabajos individuales, grupales, tutorías, exámenes, etc…

Otro de los puntos fuertes del EEES es la visión global desde la que ha sido concebida la reforma, su voluntad de crear un espacio sin fronteras ni aduanas al conocimiento que promueva y estimule la movilidad tanto de estudiantes como de profesores. La existencia de un sistema común de créditos y de una regulación básica de las materias propias de cada titulación facilita en gran medida la consecución de este objetivo, que no es planteado como un desplazamiento limitado y ocasional en el tiempo, sino como un verdadero proceso de construcción personal de la titulación universitaria.

Así, cada estudiante se convierte en editor de su propio esquema de estudio, siendo libre para decidir en cada momento dónde y qué estudiar. La interacción con otras culturas y formas de pensar, con otros modos de vida, otras lenguas y gentes, aporta en definitiva a todo estudiante un intangible de incalculable valor que el actual sistema universitario es incapaz de proporcionar.

Y de cara a la investigación las implicaciones son similares. Que este gremio no pasa por sus mejores momentos en nuestro país es ya casi más un clamor que un hecho constatado. El mayor intercambio de ideas, y la posibilidad de ejercer en más de una universidad y compartir los conocimientos adquiridos con otros, son dos de las aportaciones que la movilidad defendida por el nuevo modelo universitario traerá consigo respecto a esta actividad.

Destacar por último la nueva configuración del calendario académico. Aunque para la mayoría de los estudiantes de la UPNA éste todavía no va a ser aplicado, sí que son ya muchos los estudiantes de otros centros que disfrutarán de sus ventajas. La convocatoria oficial de septiembre se traslada a los últimos días de junio y primeros de julio, y la de enero se adelanta a diciembre. De esta forma, se da la posibilidad al estudiante de disfrutar de períodos vacacionales como navidad o verano de forma íntegra, sin preocupaciones académicas algunas. Y de forma simultánea, se posibilita también a muchos estudiantes el poder compaginar sus estudios con el desempeño de trabajos a tiempo parcial, siendo este aspecto vital en muchos sentidos teniendo en cuenta que este tipo de contratos puede llegar a suponer una de las principales fuentes de ingresos de este colectivo.

La espera ha terminado. Ni quienes llevan años profetizando un cataclismo con la implantación del EEES, ni quienes por su parte han sido entusiastas defensores del mismo, serán poco más que un vago recuerdo con el paso del tiempo, pues será éste, y no otro, quien tenga finalmente la fuerza de juzgar y evaluar tanto las luces como las sombras de una reforma que se plantea ambiciosa, aunque peligrosamente confiada.

El caso Bolonia queda visto para sentencia. Se levanta la sesión.

9 de junio de 2009

Carta al Rector


Pamplona, a 25 de mayo de 2009

Excmo. Sr. D. Julio Lafuente Rector Magnífico:

Nos ponemos en contacto con usted para expresar nuestro malestar y descontento con la gestión que la Universidad ha realizado con motivo de la huelga convocada el pasado 21 de mayo.

Somos conscientes de su política moderada y dialogante a la hora de tratar asuntos tan espinosos como el presente, que en numerosas ocasiones hemos considerado como la correcta. Sin embargo, lo que sucedió la jornada del pasado jueves no entra dentro de lo que puede llegar a considerarse como algo “tolerable”. No hablamos ya de molestias a la hora de dar clase o de simples piquetes, estamos hablando de agresiones tanto físicas como verbales y de un verdadero atropello democrático.

Consideramos que en situaciones como la presente no debe temblarle el pulso a la hora de actuar en consecuencia con los principios democráticos que deben regir en todo centro universitario. Pudiera ser entendible que si los altercados hubieran durado media hora no se hubiera hecho nada, pero la realidad es que se prolongaron durante toda la mañana (más de 6 horas) sin que nadie actuara de ninguna forma.

Obrar así no es lo más prudente en nuestra opinión, pues incita no ya a que los incidentes vayan a menos, sino a todo lo contrario, que aumenten preocupantemente las probabilidades de que cualquier estudiante, harto ya de aguantar, decida tomarse la justicia por su mano. Lamentablemente, en este último caso, sí que harían acto de presencia los vigilantes de seguridad e incluso la propia policía, mientras que cuando se vacía un extintor en la cara de un alumno que ha acudido a clase y ha tenido la mala suerte de estar en primera fila junto a la puerta de acceso al aula, no ocurre nada; cuando se van lanzando por los aires los apuntes de personas ausentes en la biblioteca, los funcionarios de la misma hacen oídos sordos y miran para otro lado; cuando se vuelcan contenedores, papeleras y se vierte vinagre y amoniaco por los suelos, se espera a que acabe el día para que las trabajadoras de la limpieza hagan lo propio…

Estimado señor Rector, le reiteramos nuevamente nuestro reconocimiento y apoyo en lo referido a este tema por la actitud que ha mostrado tanto en claustros, como en manifestaciones de pequeña entidad sucedidas desde que ocupa su cargo, pero lamentamos tener que comunicarle que en el presente caso ha cometido una dejación en sus responsabilidades como autoridad última de la UPNA, que se ha traducido en una nueva mancha en la reputación de nuestra universidad, que como siga así no va a poder quitarse ni con lejía.

Transmitiéndole nuestros mejores deseos, así como nuestra más abierta y humilde disponibilidad para tratar cualquier tema que pueda afectar al alumnado reciba un cordial saludo.

14 de abril de 2009

Carta abierta a Santiago Cervera 

Estimado Sr. Cervera:

Tras haber escuchado sus últimas declaraciones en relación a la conveniencia o no de implantar estudios oficiales de Medicina en la UPNA, me he sentido obligado a remitirle esta carta.

Comenta usted que su postura contraria respecto a dicho tema no está fundamentada en el coste económico que la apreciación de tal medida pudiera tener, sino que está basada en razones, por decirlo de alguna forma, de confianza, o mejor dicho, de desconfianza hacia la capacidad de la Universidad Pública de Navarra para impartir con éxito dicha titulación.

Y digo que pone en duda dicha capacidad al decir usted que se opone a la creación de la facultad de medicina, en primer lugar, porque ya existe una en Navarra, y en segundo lugar, porque no se trata de debatir sobre si la UPNA puede implantar esta titulación o no, sino en saber si podría formar mejores médicos que los de otras universidades. Dicen que a buen entendedor, pocas palabras bastan.

Sobra decir que respeto totalmente su postura. Ahora bien, no puedo compartir que una de las razones por usted esgrimidas ponga en duda el saber hacer de una institución, que le recuerdo, es la responsable de la formación de la mayor parte de los estudiantes universitarios de Navarra, comunidad a la que usted representa.

Argumenta además, que con motivo de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) la universidad entraría en concurrencia con las titulaciones equivalentes de otros 48 países europeos. Simplemente me gustaría decirle al respecto, que escudarse en la implantación del EEES para justificar su negativa al presente tema es completamente contradictorio, y denota a mi entender, una mala comprensión de cuál es el verdadero espíritu, alcance y finalidad de la reforma universitaria europea.

Una de las principales novedades del EEES es dotar de autonomía y poder de decisión a los diferentes centros universitarios, para establecer de la forma que mejor convenga a sus intereses un plan de titulaciones adaptado a las necesidades de su entorno. No entiendo pues hasta qué punto es determinante que la Universidad de Helsinki, por decir una cualquiera, imparta medicina, para que la UPNA no pueda hacerlo.

Dice la declaración de Bolonia, y cito textualmente, quela independencia y autonomía de las universidades asegura que los sistemas de educación superior e investigación se adapten continuamente a las necesidades cambiantes, las demandas de la sociedad y los avances en el conocimiento científico”. Y para ser aún más riguroso, le cito también lo que establece el RD 1393/2007 regulador de la ordenación de las enseñanzas universitarias, que dice respecto a la citada autonomía universitaria que “la flexibilidad y la diversidad son elementos sobre los que descansa la propuesta de ordenación de las enseñanzas oficiales como mecanismo de respuesta a las demandas de la sociedad en un contexto abierto y en constante transformación”.

Creo, Señor Cervera, que las razones que incitan a su partido y a usted mismo a mostrarse contrarios a la implantación de la titulación de medicina en la UPNA, no obedecen tanto a razones estrictamente meditadas, sino que adolecen de cierto trasfondo político que no creo necesario en este momento entrar a valorar. Me limito pues a rogarle que sea prudente a la hora de transmitir una imagen general distorsionada sobre una institución pública, que aunque a algunos les pese, es tan digna y competitiva como cualquier otra.




Bienvenid@ al nuevo Blog de Grupo Universitario. A través del mismo, queremos acercarnos lo más posible a ti, saber cuáles son tus verdaderas preocupaciones y problemas e intentar ayudarte en la medida de lo posible a solucionarlos.

Además, creemos que es una buena forma de debatir libre y abiertamente sobre cualquier tema que pueda ser de nuestro interés.

Esperamos pues que participes en cualquiera de las dinámicas que puedan desarrollarse o que simplemente te intereses por leer de vez en cuando como van los debates que se produzcan.

Con la sincera esperanza de que esta iniciativa despierte el interés de cuantos más mejor, nos despedimos.

¡¡Un Saludo y Gracias!!